LAS PROMESAS
Glendy Anabelly Aju
Sección: A
Guatemala, 18 de mayo de 2011.- Según fuentes de la misma película, se basa en las promesas, si los seres humanos somos capaces de cumplir lo que prometemos o no deberíamos prometer nada.
Empecemos indicando que una promesa es un contrato por el cual una de las partes, o ambas, se obligan, dentro de cierto lapso, sea por el vencimiento de un plazo o por el cumplimiento de una condición, a celebrar un contrato futuro determinado, las promesas son demasiado valiosas para los seres humanos, porque algunas personas depositan toda su confianza en una promesa por el tipo de personas que somos y si nosotros llegaramos a fallar, donde quedaría nuestra palabra, nuestra confiabilidad, no somos personas honestas ni con nosotras mismas. La acción de prometer, tiene un impacto tan grande en el resto, pero nosotros estamos ciegos, a veces, ante esto por lo que nos vamos de promesa en promesa, cambiando vidas, causando estragos (de todo tipo), sin siquiera medir o conocer lo que estamos haciendo.
Una promesa es una promesa y hay que cumplirla, pero, ¿y si no puedo por alguna razón? Nadie dice que las promesas no se puedan pactar. Es decir, tenemos la libertad para cambiar la fecha y la hora del café. Es mejor pactar una promesa que no cumplirla.
Ademas, podemos agregar que En el amor de hermanos el respeto a la autonomía normal de cada adulto, es muy hermoso interesarse por el hermano que tiene problemas en su trabajo, que no sabe cómo atender a un hijo nacido con una enfermedad peligrosa, que no alcanza a pagar la mensualidad para su piso... Las situaciones son infinitas, y los tipos de ayuda que se pueden ofrecer varían mucho de caso a caso.
Si padres e hijos se sienten no sólo miembros de una misma familia, sino realmente amigos que se quieren y se ayudan... Entonces este tesoro de cariño, que es un don maravilloso de Dios, necesita incrementarse con el tiempo. En la oración se encontrarán maneras y fórmulas para lograr esa armonía que existe, que es posible, que hace tan hermosa la vida familiar. El amor entre los hermanos será, entonces, el mejor fruto de la siembra paterna, la mejor manera de vivir el amor hacia unos padres que supieron promover, en un hogar que quiso vivir con alegría el Evangelio, que lo más importante es ese amor en el que cada uno deja de lado sus gustos para servir al prójimo más prójimo: el propio hermano.
